El doble sentido vuelve por sus fueros en el merengue


Tito Swing, Tulile y hasta Cherito andan en la retomada tendencia musical

Tito Swing, con el merengue “El café”, se inscribe como uno de los sucesores, siguiendo la tendencia de otro merenguero de calle: Tulile. Y a muchos extraña que Cherito (un símbolo del merengue romántico y letras de calidad) suene en estos días un tema en el que canta: “Ella quiere un pedazo, pero yo se lo doy entero...”.

En el caso de Tito Swing ya su “café” se coló de boca en boca: “¿Tú sabes colar café, cuélame este...”. Más que eso, el merengue relata detalles cómo: “Ella me cuela el café y me le pone cremora. Porque ya me dio deseo...”.

Para Euri Cabral, autor del libro “El merengue y la bachata: orígenes, etapas y líderes”, el doble sentido en en el que impera la vulgaridad siempre ha sido un retroceso para el ritmo.

EL CAFÉ...
Seis meses antes, preguntarle a una persona que si sabe colar café no era motivo de risa ni de morbo para nadie, hasta que a un joven oriundo de San Francisco de Macorís se le ocurrió cantar: “Si tú sabes colar café: cuélame este paquete”. Pero más que eso, relatando detalles cómo: “Ella me cuela el café y me le pone cremola. Porque ya me dio deseo, porque tú lo mencionaste.

Pero quiero saberlo negra chula lo bueno que tú lo haces. Pero yo te voy a dar los trucos que yo conocí en Aruba: apriétale la gomita y dale fuego pa´que suba.

Voy a buscar galletita, ahí te dejé el paquete; tú lo haces como tú quieras, si tú quieres lo haces con leche”.

Estas letras las contienen el merengue más pegado en los últimos seis meses que durante este tiempo la radio no ha dejado de difundir. Su pegada en el exterior llevó a su intérprete, Tito Swing, a una gira, de 45 bailes en 25 días (según sus promotores).

En Estados Unidos los consumidores de merengue también saben que Tito Swing es el más pegado, gra- Composiciones. La mujer siempre es el ob cias a su tema: “El café” y también “El bolón”, que más que doble sentido tiene un alto grado de vulgaridad.

"DEBE TENER GRACIA"
El maestro y conocedor del tema Ramón Orlando entiende que para que un merengue con doble sentido o picardía funcione éste debe de tener “la gracia”, ya la posea el intérprete, la música contagiosa o la picardía de las letras.

“En este caso lo importante es que el merengue caiga en gracia, y no es tanto lo que digan sus letras. Aunque parezca extraño pegar un merengue con doble sentido es más difícil de pegar en la radio que un merengue romántico, porque los temas con picardía no siempre funcionan”, señaló el maestro.

“Hace unos años se pegó “Dame del pollito” era un merengue con picardía, pero se pegó porque tenía su gracia. Es lo mismo que ha pasado con El café”, agregó.

Sin embargo, Ramón Orlando, con más 30 años escribiendo y produciendo merengue, nunca apeló al recurso del doble sentido. “Siempre pude plasmar otros argumentos en mis merengues, aunque algunos fueron controversiales, siempre me llamaron la atención el romanticismo, el amor y los conflictos de pareja”.

Al igual que en su oportunidad Ramón Orlando defendió al merengue de calle, esta vez, no crucifica las últimas creaciones musicales que denotan el doble sentido, picardía en un algunas ocasiones rayan en la vulgaridad.

"ES VULGARIDAD"
Para el sociólogo Rafael - Cholo- Brenes en los últimos tiempos estos merengues más que el doble sentido han estado marcados por la vulgaridad. Los detalles que dan temas como “El Café”, “El bolón” “La yuca” y la bachata como “Melo” es absoluta vulgaridad. En el caso de Tulile quien interpreta “bellezas” como: “Ella no es coco, tampoco yuca, pero si usted la guaya eso le gusta”. En el caso de “Melo” sus letras dicen: “Si voy a planchar, Melo plancha, si voy a chupar, Melo...”.

Brenes entiende que el doble sentido de los merengues de ahora se desprende del reguetón y el rap, ya que han sido los merengueros de calles quienes han pegado estos merengues.

“Porque una cosa es el doble sentido y otra la indecencia. El doble sentido siempre ha existido, pero ahora los merengues reflejan una catarata en sus letras, en donde se ha perdido la picardía”.

Así rescató del baúl de los recuerdos un sin números de merengues con picardía y doble sentido que el público lo consumió sin hacerle daño a la buena costumbre y así recordó: “Leña”, “La empalizá”, “El cuavero”, “Sancocho prieto”, “El jarro pichao”, “Los limones”, “Pitaste” y “Bachata rosa”, entre otros.

(+) EURI CABRAL LO VE COMO UN RETROCESO
Para el autor del libro “El Merengue y la Bachata: Orígenes, etapas y líderes”, el comunicador y economista Euri Cabral el doble sentido en donde impera la vulgaridad siempre ha sido un retroceso para el merengue.

Cabral entiende este recurso le ha hecho daño al merengue para poder penetrar y conquistar otras plazas.

“De la misma manera que en época de Trujillo el merengue era rechazado por una alta sociedad, de ese mismo modo este merengue vulgar no ha logrado ser aceptado.

Este merengue no nos puede servir de orgullo en playas extranjeras ni puede represetar a la República Dominicana como ritmo”, dijo.

Euri explicó que la picardía siempre ha sido válida en el merengue, recordó temas como “Bachata rosa” de Juan Luis Guerra que con con sus prosas bien tratadas sí se pudo exhibir con orgullo en el ámbito internacional un merengue picaresco.

El merenguero José Virgilo Peña Suazo coincide con el planteamiento de Euri Cabral, y explica que el doble sentido directo, en muy raras ocasiones funciona.

Peña Suazo se valió de este recurso y le funcionó muy bien con merengues como “Ella tiene una cosa que amarra” y “Le comieron el gato a la hija de la vecina”.

“Cuando el doble sentido no le deja nada a la imaginación a la gente no le gusta, pero si viene implícito, con picardía y sobre todo, con mucha gracia, entonces si puede pegar, porque no todos los temas con estas características funcionan con el público”, sostuvo Peña Suazo.

La bachata tampoco escapa a esta tentación.

Recientemente el bloguer Reynaldo Brito reportaba en su portal un tema que se apoya en el doble sentido.

Narra la historia de una joven que busca un hombre como Melo y lo que menos escuchará es esto: “Si voy a planchar, Melo plancha si voy a chupar, Melo chu...”.

El mismo Brito reportó un merengue de Tulile que dice algo así: “Ella no es coco, tampoco yuca, pero si usted la guaya eso le gusta”.

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